¿Tiene futuro la escuela en casa?

Cierto es que las sociedades modernas y desarrolladas han destinado una parte importante de su tiempo y de sus recursos a planificar una educación de calidad y efectiva. Este proyecto basado en la filosofía del educación como una fuente de progreso y desarrollo, teniendo en la escuela como pieza fundamental, pero ¿por qué se cuestiona hoy la eficacia de la escuela?

EDUCAR EN CASA (HOMESCHOOLING)

Es una nueva forma de educar a los niños fuera del entorno reglado de la escuela tradicional. Este modelo nace en los EEUU en la década de los 70 y se extiende también a otros países; sin embargo, es en EEUU donde más familias optan por educar desde el hogar (más de 2 millones de niños).

Educar en casa significa que los padres asumen toda la responsabilidad de educar a sus hijos. Sus partidarios hablan de que estos alumnos tienen un nivel de conocimientos muy buenos y alto potencial de motivación. Además la educación en valores está muy presente en este proyecto educativo. La filosofía de este modelo educativo tiene una mayor libertad, así hay padres que siguen los currículos oficiales de manera rigurosa, mientras otros anteponen la motivación para ese aprendizaje. En algunos casos se busca el apoyo de otros especialistas para completar esa formación. Los recursos empleados son muy variados y hay una mayor libertad para su uso. El hogar como el lugar idóneo para el aprendizaje del niño. Su metodología está basada en la práctica y el entorno es integrado en su educación.

Esa educación no sólo se desarrolla en un contexto familiar sino también en otros círculos (vecindario, barrio, parroquia,...). Los motivos que han llevado a las familias a optar por este tipo de educación pueden ser muy diversos. Así hay padres que lo hacen por sus convicciones religiosas, al considerar que la escuela no enseña suficiente moral. Otros utilizan como argumento la lejanía del hogar familiar con respecto al centro educativo. No obstante hay otros que lo hacen porque creen que la escuela frena el desarrollo intelectual de sus hijos, al tener un único maestro que atender a una veintena de niños. También el desencanto con el modelo de escuela tradicional.

Al alcanzar edades determinadas el niño que ha tenido esta modalidad de estudios se enfrenta a un examen por libre para homologar y reconocer los estudios que ha realizado, equiparándolos así con los estudios oficiales, aunque eso sólo es posible en los país que dan validez a la educación en casa.